Los inversores se están preparando para desafíos económicos en Europa que podrían debilitar el euro y afectar negativamente las acciones europeas, tras la reelección de Donald Trump como presidente de EE. UU. La expectativa de que Trump imponga aranceles significativos ha generado preocupación, y se espera que el Banco Central Europeo (BCE) responda a la desaceleración económica con una reducción de las tasas de interés.
Los bonos europeos han resultado beneficiados ante estas expectativas, con una disminución en los rendimientos de los bonos alemanes a corto plazo a medida que aumentaban sus precios, mientras que los bonos de mayor plazo se mantuvieron estables en contraste con el alza en los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense. Según Nick Hayes, de AXA Investment Managers, el mercado de bonos anticipa un menor crecimiento que podría mitigarse con recortes de tasas del BCE, aunque no al nivel de causar una recesión severa.
Inicialmente, los mercados bursátiles europeos subieron, reflejando el aumento en los EE. UU. tras la rápida resolución de los resultados electorales. Sin embargo, las ganancias se redujeron, y los mercados cerraron con una baja del 0.6% en el comercio europeo tardío. El euro cayó significativamente, alrededor de un 2% frente al dólar, marcando su mayor caída diaria desde la crisis del COVID en 2020.
Los mercados de valores europeos mostraron señales mixtas, con el índice de volatilidad experimentando su mayor caída en siete semanas. Las acciones de defensa y aeroespacial subieron un 2% cada una, apoyadas por la perspectiva de un aumento en el gasto en defensa en Europa. Por otro lado, las acciones de energía renovable y del sector automotor registraron pérdidas, con Orsted de Dinamarca cayendo más del 12.7%, y fabricantes de automóviles como Porsche, BMW y Volkswagen con bajas de entre 5.4% y 7.7%.